La parálisis es la pérdida total o parcial de la función muscular, dependiendo de su origen, puede ser temporal o permanente afectando diferentes partes del cuerpo cambiando la vida de los afectados.
Por fortuna, actualmente existen tratamientos y terapias para ofrecer a los perrhijos una buena calidad de vida y logren desenvolverse en su entorno.
¿Qué provoca la parálisis en perros?
Enfermedades infecciosas: Las más peligrosas son la rabia y el moquillo que llegan a afectar las capacidades físicas.
Enfermedades congénitas: La patología degenerativa de los discos invertebrales paraliza las extremidades posteriores. Generalmente ocurre en perros geriátricos debido a que la membrana que rodea la médula espinal se descompone progresivamente. Otras enfermedades son displasia y hernias.
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Tumores: Los tumores espinales pueden afectan las extremidades de los perrhijos dejándolas paralizadas.
Lesiones físicas: Si los perros sufren un golpe o son víctimas de un accidente que daña el cuello o la médula espinal, corren el riesgo de enfrentarse a una parálisis permanente.
Intervenciones: Las intervenciones quirúrgicas pueden ser un riesgo, por ello la importancia de que las realice un profesional. De no hacerse correctamente, los perros pueden perder movilidad de forma temporal o definitiva.
Picadura de garrapata: Las toxinas de la saliva de estos animales generan parálisis cuando entran al torrente sanguíneo de los perrhijos.
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Parálisis psicológica: Es producto de un shock y no hay lesión en la médula, por lo que la afección es temporal.
Intoxicación: Los alimentos en más estado contaminados de toxina botulímica también provocan parálisis.
Si tu perro tiene dificultades para moverse o se queja constante por dolor, llévalo de inmediato con un especialista para que lo valore.
Recuerda que cada caso es diferente y necesita tratamiento específico.
¿Tu perro ha sufrido una parálisis?