Todos podemos demostrar que vivir con un peludito mejora considerablemente nuestra calidad de vida, en el caso de las personas mayores, detectamos algunas bondades de compartir los mejores años con un perrhijo.
Mejoran su actividad física pues necesitaran pasear al menos un par de veces al día a su peludito, también deberán cuidarlo, llevarlo al veterinario y tenerlos guapos. Todas estas actividades sumaran horas de ejercicio para los mayores.
Por otro lado ayudan a disminuir la sensación de soledad, ya que convivir con un perrhijo disminuye el síndrome del nido vacío, que sienten algunas parejas mayores cuando los hijos comienzan a hacer sus vidas fuera de casa.
También fomentan la socialización, pues quienes no hemos conocido mejor a nuestros vecinos, o al menos entablado conversación con alguien gracias a los peluditos.
Por eso sí sabes de alguna persona mayor que necesite compañía sugiérele acudir a algún albergue para adoptar un amigo que le estará eternamente agradecido.