Con información de BBC News Mundo
Luego de que explotara el reactor número 4 en la Central Nuclear de Chernóbil hace 35 años, miles de personas fueron evacuadas dejando a sus mascotas. Ahora, los descendientes de los perros abandonados en la Zona de Exclusión en Chernóbil pasean y cuidan el lugar.
Bogdan, el humano que trabaja como guardia de control desde hace dos años compartió experiencias ha tenido con sus compañeros caninos a los que, en conjunto con los otros guardias, alimentan a diario.
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Solo algunos tienen nombre, la mayoría andan cerca y otros prefieren mantener distancia. Sin embargo, la vida de todos los que rondan por ahí está en peligro, pues se exponen a la contaminación radiactiva, incendios forestales y otras amenazas. Se estima que su esperanza de vida es de cinco años.
Para conocer más de los perros abandonados en la Zona de Exclusión en Chernóbil
Jonathon Turnbull, candidato a doctor en Geografía en la Universidad de Cambrige consideró que valía la pena conocer más acerca de los perros mediante las historias de los humanos que los acompañan y descubrió el trasfondo del vínculo tan conmovedor que se ha formado.
El acceso a la zona es restringido y para poder ingresar se necesita un permiso, ya que si entran sis autorización los guardias dan aviso a la policía.
Cuando Turbull comenzó a acudir regularmente se encontraba con Bogdan y los demás guardias, como se mostraban distantes al principio, el humano con ganas de conocer más el contexto les llevó vodka y chocolates, además les ofreció participar en la investigación.
Los guardias no tuvieron inconveniente, solo le pidieron de favor que llevara comida para los perros.
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¿Cómo es el vínculo entre los perros y los guardias?
El vínculo entre ellos se basa en la lealtad y compañerismo, cuando Bogdan camina por las calles abandonadas siempre va acompañado por, ahora, sus mejores amigos.
Y, por parte de los guardias, ayudan a los caninos sacándoles las garrapatas incrustadas en la piel y aplicándoles vacunas contra la rabia. Aseguran que tenerlos cerca es benéfico por la tranquilidad que les transmiten.
Además, según Turnbull, los guardias les han otorgado apodos a los perros.
- Alpha: El nombre hace referencia a un tipo de radiación.
- Tarzán: Uno de los más conocidos por los turistas, hace trucos y vive cerca de la instalación del radar Duga.
- Sausage: A esta perrita le gusta recostarse sobre las tuberías de calefacción en invierno.
A pesar que de son adorables y los visitantes quieren acariciarlos, se les recomienda no hacerlo debido a que es probable que los peludos tengan polvo radiactivo.
¿Ya conocías la historia de estos peludos?