Ayer te fuiste y mi mundo se derrumbó,
recordé la primera vez que te tuve frente a mí,
todos los momentos juntos mi mente reavivó,
no sé cómo serán los días ahora sin ti.
Estuvimos juntos hasta el último momento,
tomé una de tus patas, parecía que sonreías
te percibí tranquilo, respirabas lento,
era nuestra despedida, no supe si lo comprendías.
Aproveché cada minuto que el doctor nos dio,
estuvimos a solas en esa triste habitación,
quería que el tiempo pasara lento, pero no sucedió,
te tuve que decir adiós con todo el dolor de mi corazón.
Cerraste tus ojos y poco a poco dejaste de respirar,
mis lágrimas rodaron sobre mis mejillas, ya era oficial,
sentí un dolor tan grande que creo será imposible superar,
hoy me siento inmersa en una soledad abismal.
Fueron quince maravillosos años compartidos,
me brindaste tu amor, fidelidad y lealtad.
Agradezco a la vida por cruzar nuestros caminos,
fuimos el mejor equipo, lo digo con toda seguridad.
Hoy ya no estás, la casa se siente vacía sin ti,
es difícil saber que no te podré abrazar más,
que al llegar a casa ya no correrás hacia mí
y que cuando despierte cada mañana a mi lado ya no estarás.
