Presentamos una historia más en la que se demuestra que los perros son los mejores amigos del hombre, que siempre están presentes pese a las circunstancias y que su amor es incondicional.
Por otro lado, también están los sentimientos que estos seres de cuatro patas despiertan en los humanos.
Cuando decidimos compartir nuestra vida con un perrito sabemos que ahora nuestra misión es cuidarlos y amarlos hasta el final, tal como lo hace el protagonista de esta historia.
Una usuaria de Facebook compartió unas conmovedoras fotografías de un vendedor ambulante de la tercera edad que sale a trabajar todos los días acompañado de su fiel amigo de nombre Solecito.
Por lo general, comienzan entre 9 y 11 de la mañana, llegan al lugar de venta (una esquina de Pino Suarez en la Ciudad de México) y acomoda su mercancía el suelo para comenzar a vender.
Su perrhijo siempre está echado a un lado de él cubierto con una manta y, según la testigo, su dueño diario compra su sobre de comida para alimentarlo.
Las fotos que circulan en redes sociales estaban acompañadas por las siguientes palabras:
“El motivo de mi publicación es que a diario, llueva, haga frío o calor; siempre lleva a su mejor amigo y compañero. Con lo poco que vende, le compra un sobrecito y croquetas sueltas. Te invito a que si andas por el centro los apoyes.”
Este es un claro ejemplo de lo que sucede en la mayoría de las relaciones entre humanos y perrhijos, las circunstancias de la vida se pueden complicar, pero ninguno abandona al otro y siempre se cuidan entre sí.