El fin de semana vimos el video de un señor que fue desalojado del Metro de la CDMX por traer un perro al parecer enfermo en las piernas.
En el video se pudo ver como el perrito estaba tranquilo, y hasta asustado por la actuación de la Policía Bancaria e Industrial.
Fue en la estación Garibaldi de la Linea 8 del metro, donde sacaron arrastrando a un señor y a su perrito, supuestamente porque otros usuarios reclamaron la presencia del animalito.
Las críticas hacia la institución de seguridad capitalina no se hicieron esperar, cuestionando la actuación de los agentes hacia el usuario, quienes argumentaron la necesidad de utilizar una caja transportadora para el perro en el Metro.
“Se toman las medidas necesarias, ¿a quién le gustaría que lo mordiera?”, expresó uno de los agentes. A lo que un usuario le respondió: Muerdes más tú.
Según un comunicado conjunto del Metro de la CDMX y la SSC, los agentes respondieron a la activación de la palanca de emergencia por parte de los usuarios en la estación Garibaldi. Siguiendo el artículo 161, fracción XI de la Ley de Movilidad, que especifica que los animales de compañía solo pueden viajar en caja transportadora, los agentes solicitaron al hombre que saliera del tren. A pesar de ofrecerle utilizar otro medio de transporte y recibir su negativa, procedieron a retirarlo, generando enojo entre los presentes.
Aunque en el reglamento se establece claramente la forma de transportar a un lomito, consideramos que a los oficiales les faltó criterio y sobre todo tacto para tratar al humano y a su perrito. Se les olvida que toda vida cuenta.
La Dirección General de Asuntos Internos de la SSC y la Dirección de Supervisión y Evaluación Corporativa de la PBI han iniciado una investigación para evaluar el comportamiento de los agentes involucrados.
El incidente ha desencadenado una ola de comentarios en redes sociales. Durante el fin de semana, recibimos numerosos comentarios en el video publicado, destacando la indignación por la situación y cuestionando por qué se permite la venta ambulante o el consumo de sustancias, pero no se permite el transporte de animales de compañía sin caja transportadora. Incluso hubo personas ofreciéndose a costear el tratamiento del perrito.
Hasta el momento, no tenemos información sobre el paradero del señor y su perrhijo, pero continuamos investigando el caso para obtener más detalles.
Este incidente resalta las diferencias en las políticas de transporte de animales de compañía en diferentes partes del mundo. Mientras que en algunas ciudades europeas como París y Florencia, los animales de compañía son transportados sin restricciones; en otros lugares como en este caso, se requieren medidas de seguridad específicas, como el uso de transportadoras.
