Tuvieron que pasar 19 años para que llegara un perro a mi vida, lo anhelé desde que era pequeña. Yo, Eli, soñaba con tener un mejor amigo para cuidarlo y jugar con él, pero lo cierto es que Caramelo llegó en el momento indicado.
Era tan pequeño y tierno que derretía de amor a cualquiera, hasta a mi mamá que estaba renuente de tener un perrhijo en casa, de hecho el plan era que solo se quedara unos días, su destino era llevarlo a casa de los abuelos. Pero repito, derretía de amor a cualquiera y al final mi mamá lo terminó adoptando, ahora Caramelo es mi hermano, el mejor del mundo.
Todo lo que imaginaba respecto a tener un perro se quedó corto. Puede sonar trillado, pero es real que Caramelo cambió mi vida, la llenó de alegría, me ha hecho mejor persona, unió más a la familia, se convirtió en un ser incondicional para cada uno de nosotros y ha sido mi inspiración.
Caramelo, mi inspiración en Perrhijos
Yo llegué a Perrhijos gracias a que Caramelo llegó a mi vida y por supuesto por la oportunidad que me dio Mario para estar en el proyecto.
Estar aquí en esta familia ha sido una de las experiencias más maravillosas de mi vida, crear contenido para ustedes fue una gran responsabilidad desde que llegué y traté de cumplirla día a día.
Por supuesto que sin Caramelo no hubiera sido posible comprender y despertar todos los sentimientos que un perro deja en el ser humano. Detrás de cada frase, meme, historia e imagen hay una anécdota con él que no dudé en compartir con todos ustedes.
Este es mi último texto que escribo para perrhijos, mi momento de partir ha llegado y no me queda más que sentirme infinitamente agradecida.
Gracias al equipo, gracias Lola y Balam, gracias Brenda, gracias Mario, gracias Caramelo y, en especial, gracias a todos ustedes que recibieron mi contenido con tanto amor durante estos años y permitieron que se diera esta conexión unida por el amor a los perrhijos.
Los amo y los llevo en el corazón.