Desde hace un tiempo siento las cosas diferentes, mis dueños salen solo de vez en cuando a trabajar, pasan más tiempo conmigo, no hemos salido de vacaciones, los paseos no son tan largos como antes y los humanos que están en la calle traen una cosa rara en la cara.
Ya casi es navidad, lo sé porque hay muchas luces dentro y fuera de casa, como cada año los adornos ya salieron de las cajas, el árbol gigante ya me está quitando espacio y hace más frío de lo normal.
Sin embargo, el ambiente sigue raro, aun no hay regalos en el árbol, para estas fechas ya solíamos salir de compras todos los días, también recibir a los amigos de mis humanos y hacer grandes fiestas para celebrar.
Pero no hay nada de eso en nuestra casa, ya no convivimos con personas, ahora mis humanos solo le hablan a la computadora o al celular. A veces me llaman porque dicen que esos aparatos me quieren saludar, pero no yo entiendo nada.
Mis días son así, despertamos, salgo para hacer del baño, regresamos, desayunamos, ponen música navideña, prenden la computadora mientras yo me quedo dormido, de vez en cuando salen a comprar cosas o a trabajar y en ese tiempo hago travesuras, regresan, prenden los adornos y las luces del árbol, vemos películas, de nuevo salgo al baño, cenamos y dormimos.
Creo que en esta ocasión celebraremos muy tranquilos, todavía no sé porque la vida cambió de repente, es cierto que dejamos de hacer muchas cosas y de ver a personas que queremos, pero la verdad para mí ha sido maravilloso pasar más tiempo con mi familia.
En esta navidad espero que haya mucha comida y que me quieran dar aunque sea poquito, también que lleguen regalos porque un juguete no me vendría nada mal, pero principalmente deseo que mis dueños estén felices, sanos y no dejen de abrazarme.
Humanos, quédense en casa a celebrar las fiestas con sus perrhijos, les prometemos que somos la mejor compañía.
