El samoyedo es un perrito pastor, originario del norte de Rusia. Su nombre es en honor a una tribu de nómadas para la que trabajaba. Su trabajo era proteger a los renos que pastoreaba. Esta raza trabaja tan de cerca con la tribu, que llegaban a dormir en sus tiendas, de ahí su gran fascinación por la vida familiar.
En ocasiones, se usaba para jalar trineos; muchos exploradores utilizaban los samoyedos a comienzos del siglo XX que fue cuando creció el interés por explorar los polos. Tras las expediciones, esta raza se volvió muy popular.

Estos Perrhijos son muy sociables, fieles y extrovertidos, también es muy protector con su hogar; así que ningún intruso podrá entrar a tu hogar sin que tu peludito se te avise con su potente ladrido. Siempre debe ser incluido en las actividades familiares.
Algunas veces puede ser destructivo y ruidoso, sólo si se aburre, por eso debes jugar con él y brindarle paseos de calidad. Cavar es una de sus grandes pasiones, además es un gran escapista, por eso debes reforzar la seguridad de tu casa. Es muy importante que socialicen desde temprana edad, sobre todo si tiene que convivir con gatos u otras especies.
Una enfermedad que puede atacar a esta raza es una afección específica del riñón, no obstante, también puede sufrir problemas oculares o displacía de cadera; por eso es muy importante una revisión periódica.

Su paseo debe ser muy enérgico. Esta raza tiende a jalar a su humano, por eso necesita un entrenamiento para que camine a tu lado. Un Samoyedo adulto necesita, al menos dos horas de paseo diario.
Respecto al aseo, es importante que un veterinario te de indicaciones para cuidar su pelaje. Procura cepillarlo diario y una vez a la semana darle un cepillado más profundo. Cuando el perrito esté mudando vas a encontrar millones de pelitos en tu casa y deberás cepillarlo con más frecuencia.
Recuerda, si quieres tener un Perrhijo siempre elige por adoptar, podrás cambiarle la vida a un ser que lo necesita.
Con información de: Purina