“Las cosas se parecen a sus dueños” es una frase que se escucha a menudo en pláticas cotidianas, refiriéndose a actitudes, comportamientos, defectos y características físicas o emocionales.
Pasa lo mismo con los perros y sus dueños, Disney nos muestra unos segundos de esta teoría en la película 101 dálmatas, producción del año 1961. El perro protagonista, Pongo, se asoma por la ventana para ver lo que sucede en la calle y se da cuenta de esta similitud cuando ve pasar a cuatro humanos con su respectiva mascota, éste queda sorprendido.
Es difícil que los dueños se den cuenta de este detalle, son personas ajenas a la relación los que descubren que existe esta similitud; y es que el vinculo es tan grande que hasta los ademanes coinciden.
Según la psicología, este suceso se apega a la palabra “familiaridad” basándose en la teoría de que lo que parezca familiar tendrá aprobación desde el primer contacto debido a una carga emocional y sentimental.
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Michael Roy, proveniente de la Universidad de California fue el primero en interesarse por esta extraña semejanza, así que comenzó a realizar experimentos. Fue a tres parques y fotografió a los perros con sus dueños, después reunió a un grupo de personas para que relacionara a las a los canes con sus humanos, fueron mayoría los que acertaron.

En los años noventa otros científicos especialistas en conductismo realizaron un estudio muy similar en el cual encontraron nuevamente el parecido entre perros y sus dueños. El experimento consistió en mostrar tres fotografías a los participantes, la de una persona y dos perros, estas personas debían relacionar a los dueños con sus mascotas. De veinticinco pares de imágenes, acertaron en dieciséis.
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De este modo, llegaron a la conclusión de que al elegir a un perro, el humano pasa por un proceso inconsciente en el cual buscan uno que hasta cierto punto tengan semejanzas y al encontrarlo se sienten satisfechos.
El parecido con las acciones y ademanes son el producto de la convivencia a través de los años, los perros aprenden mediante los gestos y posturas, este aprendizaje se da por la asociación de rutinas. Así es, tu peludo hace un análisis profundo de tus gestos y movimientos y el porqué de ellos para llegar a unas caninas conclusiones.
En 2015, en Hungría, investigadores de la Universidad de Eotvos aseguraron que dos personas conviviendo muchos años terminan pareciéndose mucho, pero que el efecto de convivencia con perros todavía es mayor.

La ciencia sugiere que los perros son el reflejo de sus humanos, si el humano es nervioso, el perro desarrolla esta cualidad, si el dueño es tranquilo, el comportamiento del can será similar.
Así que cuando tus conocidos te hacen la observación de que tu perrhijo y tú se parecen no los ignores analiza el comportamiento de ambos. ¡Te llevarás una sorpresa!