Los perros pueden quedarse sordos y creer que sus humanos les dejaron de hablar.

El sentido del oído de los perros está más desarrollado que el de los seres humanos alcanzando los 60,000 Hz. Sin embargo, no están exentos de tener problemas para desarrollar ese privilegiado sentido por diferentes razones.

¿Cómo saber si un perro es sordo?

• Desobediencia: Cuando un perro presenta sordera no podrá entender tus órdenes, antes de regañarlo asegúrate de que efectivamente te esté escuchando.

• Cambian su comportamiento: Estará ajeno a su entorno, por lo que no reaccionará a sonidos que normalmente llamarían su atención.

• Se sienten perdidos: Una señal es que giren su cabeza de un lado a otro con la finalidad de entender qué está sucediendo a su alrededor.

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¿Qué puede ocasionar que un perro se quede sordo?

• Moquillo: Es una de las enfermedades más comunes en los canes y dentro de los males que les causan puede dejar como consecuencia la sordera.

• Edad avanzada: Con el paso de los años, el cuerpo de los perros también se deteriora y una de las principales capacidades que se ve afectada es la auditiva.

• Infecciones: Pueden derivarse de la presencia de ácaros, Otitis o porque algo fue introducido accidentalmente al oido del animal. Si sospechas que tu perro presenta alguna infección acude de manera urgente con un veterinario.

• Herencia: Un mito muy mencionado es que los perros blancos tienden a padecer sordera, sin embargo no es del todo cierto y no les ocurre a todos. Esto se debe a la falta de pigmentación en el cuerpo y también en el oido causando que los nervios se deterioren en pocas semanas después de que los cachorros hayan nacido.

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• Acumulación de cerilla: La higiene es de suma importancia para la salud de los perrhijos, por lo que es importante asegurarse de que sus oídos estén limpios para evitar que se les haga un tapón de cerilla y les impida escuchar.

• Tumores: Desarrollados en el oido o incluso en el cerebro pueden causar sordera en los canes.

Para los perros será imposible comprender porqué no escuchan, cuando nacen con el problema se acostumbrarán a vivir así y no sentirán que algo les falta. Por el contrario, si la enfermedad se desarrolla a lo largo de los años, serán consientes de la ausencia del sonido y creerán que simplemente los humanos les dejaron de hablar.