En general, tener un perro en casa es sinónimo de compañía, amor y lealtad para el ser humano que cuida a la mascota, además de los múltiples beneficios que aporta a nivel personal y emocional.
La vida de los adultos mayores es un poco más tranquila, tienen más tiempo libre, sus actividades dependen del estilo de vida que decidan tener y, en algunos casos, pasan la mayor parte del tiempo solos.

Cuando un perro llega a la vida de una persona mayor, trae consigo una serie de beneficios para su dueño:
Estabilidad emocional: convivir una mascota elimina la sensación de soledad, el hecho de tener una responsabilidad provoca que la persona se mantenga al pendiente y ocupado, pues tiene una vida que cuidar. Además su nuevo mejor amigo estará siguiendo sus paso a cualquier lugar al que vaya.
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Los obligará a hacer ejercicio: Tanto como para los perros, como para las personas mayores es importante que no pierdan actividad física. Los caninos necesitan salir dos o tres veces al día para aprovechar su energía y hacer sus necesidades, por otro lado, los adultos es importante que no tengan una vida sedentaria, por ello, un paseo es ideal para ambos.

Los hará sociables: Algo cotidiano de los paseos con perros, tengamos la edad que sea, siempre tendremos que mantener conversaciones con dueños de otros perros, los peludos son expertos en socializar.
Nunca les faltará el cariño: Expresado de diferentes maneras, un perro siempre hará sentir a su duelo la persona más querida del mundo y los humanos no podrán resistirse a las miradas llenas de ternura y admiración, así que el amor será mutuo.
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Los hará sentir útiles: Tener una mascota implica llevar ciertas rutinas necesarias para su bienestar, así que la mente de los dueños estará ocupada al cien por ciento buscando procurar a su mejor amigo.
Una vez más se comprueba que los perros son una excelente compañía para el ser humano, en este caso, para los adultos mayores.