Por: Lidia Rodríguez
Los perritos siempre han sido fieles cuando se trata de ayudar o colaborar con nosotros, y no hay día que no valoren el vínculo que existe entre perro-humano, ellos nos comprenden y nos entienden, tanto que son capaces de arriesgar su vida por nuestro bienestar. Y muchas veces lo único que nos piden nuestros consentidos, es un intercambio de miradas o una pequeña caricia que signifiquen nuestra aprobación.
Normalmente olvidamos la parte de la educación o adiestramiento, o creemos que es algo que los va a incomodar o hacer sentir menos queridos, pero sucede lo contrario, muchas veces a los perritos le gustan tener límites pero más que le gusten, lo necesitan.
Es nuestra obligación educar a nuestro perrhijo en el respeto y las normas de convivencia básicas. Hay que tener presente que ellos al igual que nosotros tienen necesidades que deben ser cubiertas, incluso actualmente existen leyes que sostienen y protegen esta idea, empezando por las condiciones mínimas higiénicas y sanitarias que merecen y necesitan, entre sus vacunas y desparasitaciones, esto para mantener con buena salud a nuestro perrhijo y para evitar que ellos nos transmitan alguna enfermedad.
Nunca debemos olvidar que aunque los humanos les llamamos con algún nombre en específico y los orientemos en su personalidad, siguen siendo perritos, y a todos ellos los une el hecho de pertenecer a una misma familia donde necesitan ser educados y saber qué lugar de la manada le corresponde, y aquí es donde entra la educación, dejándoles muy en claro el lugar que les corresponde. Siempre tomando el rol de líder justo y firme, porque de no ser así, todo comienza a ser un completo caos.
Desde el primer momento en su nuevo hogar comenzará a exigir sus propios límites y es nuestro deber el dárselos para que encuentre un equilibrio y la compañía mutua sea muy agradable.
A pesar de que vienen del mismo origen, todas las razas son distintas en ciertos aspectos, como por ejemplo los perritos que necesitan ser premiados y recompensados cada que realicen bien sus ejercicios o mandatos. Esto es debido a que son muy sensibles y por este motivo lo más seguro es que rechacen el obedecer si son enseñados con métodos tradicionales de adiestramiento al sufrir alguna mala experiencia o se ven forzados más allá de lo que su tolerancia lo permita, como es el caso del Border Collie o el Pastor Belga.
Toma muy en cuenta el no darle premios en exceso para evitar que tenga sobrepeso o alguna complicación gastrointestinal. Y como recomendación, recuerda ir supliendo poco a poco los premios comestibles por caricias, te lo agradecerá tu bolsillo y su pancita.
