Hola, perrhijo hermoso.
Eres muy inteligente y me conoces mejor que nadie, sobra decir que en los últimos meses una enfermedad se ha apoderado de mí, el cuerpo me duele, casi no puedo moverme y hace mucho que no puedo decirte lo mucho que te amo.
No tengo la fecha exacta de mi partida, pero ambos sabemos que será en poco tiempo.
Me encantaría que no me extrañaras y que no sufrieras por mi ausencia, pero estoy segura de que no será posible. Por eso te dejo lo siguiente, objetos y sentimientos que son muy especiales para mí y seguramente también para ti.
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Pon atención:
- Mi blusa favorita para que con su aroma sientas que aun estoy muy cerca de ti abrazándote.
- Nuestra primera foto juntos en la casa, estabas tan pequeño que cabías en la palma de mi mano. Ese día nació el amor entre nosotros.
- Todavía guardo tu primera plaquita, te la dejo porque en ella está grabado mi nombre y no quiero que olvides cómo se llamaba tu mamá.
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- La almohada que compartíamos para dormir también es tuya, no sé cuánto tiempo dure, peor espero que el necesario para que sientas que por las noches te acompaño.
- Tenemos demasiados momentos compartidos, no sé si los recuerdes, yo me los llevo en el corazón, espero que esas memorias permanezcan en el tuyo.
- Por último, te dejo mi amor entero, fuiste el único perrito que tuve en toda mi vida. Tú me enseñaste a amar con pureza, lealtad y sinceridad.
Me voy tranquila porque sé que estás en buenas manos, me aseguré de dejarte con alguien de confianza que estoy segura te amará con todo su corazón y siempre verá por tu bien.
No será fácil el cambio, pero sé fuerte, pórtate bien y quiere mucho a tu nueva humana, sé tan buen amigo como lo fuiste conmigo.
Te amaré siempre y te cuidaré desde donde esté.
No te preocupes, en algún momento nos volveremos a encontrar y estaremos juntos hasta la eternidad.
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