A la mayoría de los humanos nos ha pasado que por las mañanas estamos profundamente dormidos; por alguna razón dormiste tarde anoche, estás soñando que besas a la persona que te gusta. Y cuando están a nada de darse ese beso tan esperado… Tu Perrito te despierta porque tiene que salir a hacer pipí y te das cuenta de que son las 7:00 am, hora del paseo matutino.

Y aparte, no puedes ni retrasarte ni un minuto porque tu amigo de cuatro patas se desespera porque ya quiere salir a hacer sus necesidades. Esto pasa de lunes a viernes, porque en fin de semana te permite dormir una hora más. No te preocupes humano, esto nos pasa a muchos.
Pero… ¿Cómo sabe mi perro que hora es?
Aunque el tiempo es más un concepto humano, los perros saben la “hora” en que les toca hacer sus cosas, no sólo los paseos, sino también la hora de jugar, comer, dormir, la hora de las caricias; incluso sus actividades menos favoritas.
El cuerpo de nuestro perrito sabe qué hora es por los ciclos de día y de noche, que cambia dependiendo la intensidad de la luz y la temperatura. Sin embargo, nuestros perritos tienen otros mecanismos para poder saber la hora.
Su nariz es la clave.
Como sabemos, la nariz de nuestro perrito es entre 10,000 y 100,000 veces más potente que el nuestro, por eso ellos pueden detectar el más mínimo cambio en el ambiente, lo que para nosotros resulta casi imposible. Los perros tienen un reloj biológico: su naricita.

Cada ser vivo tiene un olor característico, procedente principalmente de las partículas que desprende la piel, y aunque el ser salga de casa, su olor queda en las partículas.
Pero mientras pasa el día, el olor se va atenuando; los perros se lamen su nariz para capturar estás partículas y transmitirlas a su olfato y poder saber su concentración.
De esta forma, ellos saben desde hace cuánto te fuiste y también cuando probablemente regrese. Alexandra Horowitz, doctora en Ciencia Cognitiva, explica que: “El aire caliente se eleva, por lo general, circula en corrientes a lo largo de las paredes y techo, se dirige hacia el centro y cae. Si pudiéramos visualizar el movimiento del aire a lo largo del día lo que realmente estamos visualizando es el movimiento del olor a lo largo del día”. Estos ciclos les ayuda a anticipar algunas de las actividades diarias.
Otro truco con el que saben la hora es la observación. Son maestros en observar el lenguaje facial y corporal y son capaces de relacionar acciones o expresiones con un significado en concreto. Incluso de esa forma saben cuándo intentas engañarlo con un paseo, cuando en realidad lo llevas al veterinario.
Con información de National Gegraphic.
