Todos los días me despierto con la misma ilusión: Mientras estoy vagando por las calles, aparece mi persona especial. Aquella con la que crecí y cuidó de mí durante muchos años, se emociona al verme, me toma entre sus brazos y regresamos a casa. Desafortunadamente eso no ha sucedido, por lo que el diario de un perro abandonado está lleno de palabras narradas con tristeza.
Todavía recuerdo cómo me bajó del carro, me miró fijamente y salían unas cuantas lágrimas de sus ojos. Ese sentimiento no fue suficiente, al parecer nada de lo que vivimos valió tanto. Me quedé sentado viendo como se alejaba la persona en quien más confiaba.
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Según yo, todo iba muy bien. Sé que mi energía ya no es la misma, que he tenido algunos dolores y que en los últimos meses fuimos muchas veces al veterinario. Mi intención no era molestar, no es mi culpa envejecer ni necesitar de más cuidados.
No sé cuanto tiempo ha pasado desde el día en el que mi vida cambió. De ser el rey de la casa, pasé a ser un perro que tiene que huir del maltrato de los humanos sin corazón y necesita buscar comida en la basura para sobrevivir.
Cada mañana me despiertan los rayos del sol, el ruido de los carros y las personas que caminan por las calles. Sé que debo levantarme del lugar en el que haya dormido porque puedo resultar un estorbo para alguien y corro el riesgo de que me pateen, así que mejor me voy solito.
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Camino por mucho tiempo, de vez en cuando algunas personas me ofrecen comida, otros me acarician y juegan conmigo, pero no son muchos. Los charcos de agua son mis mejores amigos cuando tengo sed y la sombra es mi mejor compañera para poder descansar.
Al ver que el cielo empieza a oscurecer es tiempo de buscar un lugar para dormir. Abajo de algún carro, en la banca de un parque o en algunos cartones que estén sobre la banqueta. En fin, siempre trato de encontrar el espacio más cómodo y menos peligroso.
El cambio de vida no ha sido fácil, pero nada me duele más que estar lejos de la persona que más amo. No sé si me extrañe o piense en mi por las noches, pero yo no le guardo rencor, mi corazón siempre le pertenecerá.
Me bastó leer esté breve escrito para ponerme en el lugar de muchos perros y gatos abandonados a su suerte pero sin dejar mi consciente humano y poder sentir el dolor y tristeza que sienten cada día y en verdad que es muy doloroso, ahora creó que puedo darme una idea de la alegría que sintió mi perrita el día que la vi en la callé y decidí que ella se quedará a mi lado…
Que tristeza de verdad leer esto, ellos nos regalan su amor su cariño su lealtad, sus mejores años y nosotros los tratamos peor que a una basura desechable, porque no piensan mejor antes de tener un perrito o un gatito ?? Porque son así porque yo veo cada vez más perritos en la calle en mala situación y por desgracia no puedo más que darles comida , en fin espero que un día haya una ley que castigue a todas las personas que vendan perritos o que lucren con ellos o los abandonen, el ser humano no tiene corazón 😔😪
Tristísimo