Mi viejito hermoso, así te dije durante los dos meses que estuvimos juntos. Fuiste mi primer perrhijo y comprobé que todo lo que decían respecto a tener uno en casa es verdad. Nuestra historia se resume a la siguiente oración: Te adopté y poco tiempo después tuviste que partir.
El día que nos encontramos en el camino no dudé en acercarme a ti, estabas acostado temblando en medio de una banqueta. La calle estaba desierta, nadie nos podía ayudar, pero no fue obstáculo, pues a pesar de las circunstancias logramos llegar a un veterinario.
Te puede interesar: Humana, a mí también me duele que ya no estemos juntas
Cuando ya estabas un poco más estable me preguntaron si me quería quedar contigo, no supe bien qué hacer, no tenía idea de cómo cuidarte. Sin embargo, no lo pensé durante mucho tiempo y al final decidí adoptarte.

Necesitaba mucha información, el primer dato que me dieron fue tu edad aproximada de quince años, además de explicarme la serie de cuidados que debía tener contigo. Me advirtieron que, por tu edad, el estilo de vida que habías llevado y tu estado de salud, era posible que no estuviéramos juntos por muchos años.
Te puede interesar: No quería ver cómo te dormían, pero entendí que me necesitabas…
Esa información no me hizo cambiar de opinión respecto a la adopción y en cuanto lo autorizaron, nos fuimos a casa.
Recuerdo que hicimos unas cuantas paradas para comprar todo lo necesario para que estuvieras cómodo y te sintieras bien. Ahí comenzó la maravillosa aventura.

No pasaron ni 24 horas para que tuvieras mi corazón por completo, no voy a negar que me costó de trabajo adaptarme a tus cuidados, pero si supieras la carita tan bonita que ponías cada que te daba de comer y te acariciaba, comprenderías porqué jamás me rendí.
Te fuiste de mi lado hace una semana y estoy segura de que nunca te olvidaré ni dejaré de extrañarte. Algunas personas dicen que fue poco tiempo para encariñarme contigo, pero entiendo que no tienen idea de lo que cada día significaba para mí estando a tu lado.
Tu vida no era fácil antes de encontrarnos y no sabes lo afortunada que me siento por haber tenido la oportunidad de hacerte feliz y llenarte de amor esos últimos meses. Así fue, te adopté y poco tiempo después tuviste que partir.
Te amaré por siempre, mi viejito hermoso.