Vivir con uno o más perros implica hacerlos parte de tu rutina y es un gusto compartir algunas de nuestras actividades con ellos, por lo que casi siempre buscamos incluirlos en todo lo que hacemos.
Por ejemplo cuando visitamos lugares, vamos a restaurantes, vemos la televisión o incluso en nuestras rutinas de ejercicio y, seguramente, ellos también son felices cuando realizan actividades nuevas con sus personas favoritas.
El vinculo que tenemos con nuestros perrhijos es muy fuerte y la confianza mutua también nos permite llevar a cabo prácticas profundas y espirituales en conjunto como la meditación, aportando beneficios para ambos.
La meditación es una técnica que nos permite conectar con nuestro interior para desarrollar la capacidad de observar la vida de una manera más consciente y desde otras perspectivas. Es un momento contigo para hacer un ejercicio de introspección.
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Es difícil que los perros entiendan exactamente qué están haciendo y el sentido de estas prácticas, sin embargo, nosotros tenemos el poder de transmitirles la tranquilidad adquirida durante y después de llevar a cabo la meditación.
¿Cómo puedes meditar con tu perro en casa?
- Ambienta el lugar: Debes elegir un espacio cómodo, en el que sientas tranquilidad. Puedes colocar un tapete, manta, almohada o incluso lo puedes hacer en tu cama. Pon música relajante y siéntate o acuéstate con tu perro cerca.
- Integra a tu perro: Tendrás la tarea de hacerlo entrar en un ambiente de tranquilidad, puedes iniciar con un pequeño masaje y hablarle con un tono suave hasta que se siente a tu lado o se acueste encima de tus piernas.
- Comienza a respirar: La respiración es la base de la meditación, es de suma importancia estar consiente de cada inhalación y exhalación, así como evitar las distracciones. Los perros seguirán el ritmo de nuestra respiración debido a la necesidad que tienen por “integrarse a la manada”.
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- Libera pensamientos: Son la principal causa de la pérdida de concentración durante la meditación. Cuando se aparezcan por tu mente, acaricia a tu perro, regresa al presente y retoma siguiendo el ritmo de la respiración de tu perro.
- Cierra la práctica: Hay diferentes formas de terminar, por ejemplo, cantar mantras, decir una frase o simplemente agradecer por la oportunidad. Por último abraza tu perro con emoción por haber compartido la experiencia contigo.
Meditar no es fácil al inicio, deberás tener paciencia y ser constante por lo menos durante 10 días. Poco a poco notarás los cambios en ti y en tu perrhijo.
¿Lo intentarías?
