Estoy sentado en el piso, los cuatro humanos que viven en mi casa están a mi al rededor, por lo que tengo entendido son mi mamá, mi papá y mis hermanas. Están cantando una canción con mucha alegría, de repente mamá toma de la mesa algo que huele delicioso, creo que es carne o tal vez tocino.
Lo sostiene en sus manos mientras me mira con mucha alegría y cariño, lo siento, yo no puedo del antojo y comienzo a saltar de la emoción “‘Que sea para mí!” Pienso y segundos después lo tengo frente a mí.
De pronto el tiempo se detiene y me pongo a pensar en lo afortunado que soy de tener a humanos tan amorosos y maravillosos en mi vida, me siento muy agradecido. Desde que los conocí y me trajeron a esta casa no han parado de demostrarme el cariño que me tienen.
Antes de ellos, estuve con dos familias más, no duré ni una semana con ninguna, no me trataron mal ni nada por el estilo, pero era evidente que no tenían tiempo para mí, con ambas me sentía muy solito, todo el día se iban y cuando regresaban estaban tan cansados que ni caso me hacían.
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No sé porque mis papitos humanos y las niñas, mis hermanas humanas, llegaron aquel día por mí, pero en cuanto me vieron se les iluminó la mirada y corrieron a abrazarme, acariciarme y cargarme, yo me sentí muy feliz.
Los que eran mis dueños en turno les entregaron unas cosas que yo ocupaba, creo que eran platos, cobijas y juguetes, aun conservo dos de ellos. Se despidieron de mí, me pidieron una disculpa y cerraron la puerta.
La verdad me sentía desubicado cuando llegué a mi nueva casa, ya habían sido muchos cambios en tan poco tiempo, yo seguía siendo un cachorro, sin embargo, los mimos, el buen trato y el gran amor me hicieron sentirme cómodo en pocos días.
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Hoy cumplo tres años y tengo en frente de mí lo que promete ser un delicioso pastel, estoy emocionado, mi familia deja de cantar, aplauden y me dicen que me coma mi pastel , ¡Por fin!. No me equivoqué, sabe a tocino, ellos me miran y sonríen, quisiera darles, pero no lo pueden comer, ni modo.
Estoy seguro de que ser perro no es tan fácil para todos, lo puedo notar cuando salgo al parque y veo a muchos que están tristes, no tienen familia y están en busca de alguien que los llene de amor. Me siento mal por ellos ninguno debería tener una vida así, quisiera que todos fueran felices, ese es mi deseo de cumpleaños.
Yo no me canso de agradecer lo afortunado que soy, hoy estoy celebrando la vida y todo lo que me ha dado, y “todo” lo resumo en mi familia maravillosa.
¡Gracias!
