A veces pienso en qué sería de mi perrhijo si se quedara sin mí, si llegara mi turno para trascender al siguiente nivel y no lo pudiera cuidar más. No sería nada fácil de sobrellevar, no lo digo por mí, él está acostumbrado a mis cuidados, mi amor y mi compañía. Lo que más me aterra es que, si yo me voy antes que mi perro, piense que lo abandoné o esté esperando que regrese a casa.
Hemos compartido 5 años de vida, lo tengo desde que era un cachorro, lo he visto crecer y aprender cosas nuevas. Las aventuras son memorables, nos hemos acompañado en momentos felices y también muchos han sido tristes. Sin embargo, no importa qué tan complicada se ponga la vida, ambos sabemos que nos tenemos el uno al otro.
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Si yo me voy antes que mi perro, debo asegurarme de que se quedará en buenas manos, con alguien que lo cuide y lo ame. Que esté dispuesta o dispuesto a compartir su tiempo con un ser especial, que esté consciente de las necesidades que tiene y jamás lo ponga en segundo término.
También que ese alguien lo apoye cuando los estragos de la edad lo alcancen. Que le tenga paciencia y jamás piense en abandonarlo para quitarse una carga y librarse de la responsabilidad. No lo merecería, ningún perro lo merece.
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Sé que la pasará mal estando lejos de mí y repito, eso es lo que más me duele de tan solo pensarlo; lo que me lleva a la necesidad de hacer la siguiente petición:
Si yo me voy antes que mi perro, por favor asegúrense de que no me olvide. Háblenle de mí, que sepa que estoy bien, que no lo abandoné y que tampoco lo dejé de amar. Díganle que algún día nos volveremos a encontrar porque yo lo estaré esperando, pero por el momento debe ser feliz y disfrutar de la vida como él sabe hacerlo. Ese es mi mayor deseo.
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Esta no es una despedida, sé que aún nos queda mucho por aprender siendo familia y los mejores amigos. Sin embargo, no está demás ver por el futuro de los perrhijos en caso de nuestra ausencia, lo principal es garantizar su bienestar y felicidad.
Nadie está exento de irse antes que su perro.
